domingo, 17 de julio de 2016

PETROLERO, DE JULIO DE LA PUERTA, INDULTADO EN LUCENA EN EL FESTEJO DEL DÉCIMO ANIVERSARIO DE LA INAUGURACIÓN DE LOS DONCELES

















FICHA DEL FESTEJO:
GANADO: Dos toros de Luis Albarrán para rejones, escurridos de kilos y de juego desigual, más colaborador el cuarto que el parado y reservón que abría plaza; y cuatro de Julio de la Puerta para la lidia a pie, de desigual presentación y juego, destacando el tercero, de nombre Petrolero y herrado con el número 68, que fue indultado.
DIEGO VENTURA: dos pinchazos y medio rejón trasero (oreja); dos pinchazos y rejón (oreja).
MANUEL DÍAZ “EL CORDOBÉS”:  estocada (dos orejas); pinchazo y estocada (oreja).
JUAN JOSÉ PADILLA: dos orejas y rabo simbólicos; estocada (dos orejas).
PLAZA: Los Donceles (Lucena). Tres cuartos de entrada en tarde-noche de temperatura agradable. Tras el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de Víctor Barrio. En el palco debutaba como asesor artístico de la presidencia el matador de toros Rafael González Chiquilín.

La celebración ayer del décimo aniversario de la inauguración de Los Donceles fue redonda, ya que junto a una más que positiva respuesta del público, que llenó en sus tres cuartas partes el graderío del recinto taurino, Juan José Padilla indultaba al primer ejemplar de su lote, de nombre Petrolero, herrado con el número 68 y perteneciente a la ganadería de Julio de la Puerta.
Antes de entrar en la valoración de lo que aconteció en el ruedo, cabe reseñar el trabajo realizado por la empresa Campo Bravo, que otra vez más, ha recuperado del ostracismo una plaza, como la de Lucena, que se encontraba sumida en una preocupante situación y en la que desde abril de 2012 no se había celebrado ninguna corrida de toros. El primero paso está dado por lo que ahora toca intensificar el esfuerzo en mantener lo conseguido, que no es poco.
Máxime cuando después de este “parón” ocurrió lo que muchos ganaderos sueñan, situando a la par mediáticamente a Los Donceles en el candelero del mundillo taurino. Petrolero, un bonito castaño, nacido en marzo de 2012 en La Valdivia, se ganó en el albero lucentino el derecho a padrear en los predios de la ganadería de Osuna, que este año, y de la mano del mismo matador, también conseguía en el coso ursaonense que Pepe Luis alcanzara idéntico premio.
Toro este Petrolero codicioso en su embestidas que desde los primeros lances de recibo del diestro jerezano e incluso en el caballo, donde recibió un único pero fuerte puyazo, ya dejó ver las extraordinarias cualidades de su pitón derecho, por el que Padilla instrumentó un trasteo que vaticinaba lo que vendría después, con varias tandas muy ligadas, de interminables pases y el animal, con el hocico en el albero y siguiendo los engaños una y otra vez, sin desfallecer. Bajó varios enteros la faena cuando el coletudo tomó la muleta con la zurda, protestando su oponente en mitad de las embestidas, mucho menos claras que por el pitón derecho, pero humillando y no perdiendo de vista los engaños ni un solo momento. Volvía la faena a la diestra y de nuevo, el jerezano comenzó a trazar varias tandas de impecable ejecución, con cierto gusto en alguna de ellas, antes de dirigirse al callejón y cambiar la ayuda por la espada. Y aquí comenzó la petición del indulto, primero de forma tímida en los tendidos de Sombra y varios segundos después con todo el gradería poblado de inmaculados pañuelos solicitando que el usía sacase el pañuelo naranja que anunciaba el indulto de animal, tal vez excesivo en otra plaza pero no en Lucena, donde la petición fue unánime y mayoritaria por parte del respetable.
Un indulto que eclipsó, todo hay que decirlo, el resto del festejo, en el que  cabe destacar la actuación de Padilla en el que cerraba plaza, toro de un peligroso pitón izquierdo con el que el jerezano volvía a protagonizar un vibrante tercio de banderillas, particularmente en el par que colocó al violín, destacando también varios pasajes de su faena de muleta, aunque sin la rotundidad de la ejecutada a su primero.
Por su parte Manuel Díaz “El Cordobés” no tuvo suerte con el sorteo y le tocó lidiar los dos garbanzos negros del encierro, aprovechando la inercia de su primero, que recibió dos puyazos que lo dejaron sin fuelle, para intentar dejar varias tandas de cierto mérito por el pitón derecho, resultando su labor premiada con dos excesivas orejas que el rubio diestro paseó con alegría por el ruedo de Los Donceles. En su segundo, quinto de lidia ordinaria, Díaz recurrió ante el basturrón y bruto ejemplar de Julio de la Puerta  a desplantes y demás artificios, con salto de la rana, marca de la casa, incluido, una vez comprobado por ambos pitones que esa sería la única manera de que la faena levantase el vuelo. La acertada estocada y la conexión que el matador despierta en los tendidos hicieron que otra oreja fuese a parar a sus manos.
Completaba el cartel el rejoneador Diego Ventura, que estuvo un tanto frío en el escurrido y parado ejemplar de Luis Albarrán que abría plaza, donde perdió los máximos trofeos tras errar con el rejón de muerte, mejorando notablemente su actuación en el cuarto de la tarde-noche, donde montando a Milagro y a Remate puso a los tendidos en pie, volviendo a fallar a la hora de ejecutar la suerte suprema, lo que no fue óbice para salir a hombros por la Puerta de Córdoba, junto a sus dos compañeros de cartel y el mayoral de la ganadería en esta triunfal celebración del décimo aniversario de la inauguración de Los Donceles.

1 comentario:

pedrito dijo...

De màs a màs numerosos, los enemigos de la corrida ! En los palcos, y en mos callejones......